Ha pasado poco más de un año desde este viaje, pero aun puedo recordar como me sentí al llegar. Me encanta el olor de esa ciudad, de Miami, no sabría bien cómo describirlo. Un olor a humedad, pero muy particular, gringo, me encanta. No se qué hago en Santiago, allá es donde debería estar. Solo bastó bajar del avión para sacarme una sonrisa, soy feliz allá.
Fui a Walgreens y a Wholefoods, quedan a unas cuadras del hostal: Miami Hostel (buen wifi, desayuno incluido, sábanas, toalla, baño en la pieza, cocina, pulsera de seguridad, muy recomendado). Qué manera de tener de todo. La playa también estaba a unas cuadras.
Miami Beach tiene un sistema de bicicletas urbanas muy muy bueno. Esto fue hace más de un año atrás, por lo que aun no estaban las bicicletas urbanas en Chile. La gracias, y diferencia con el sistema chileno, es que cualquiera que tenga tarjeta de crédito puede sacar una bicicleta y es la tarjeta de crédito la que actúa como un tarjeta de socio. Pudiendo arrendar bicicletas por diferentes periodos de tiempo, entre más tiempo más barato te sale la hora, y solo debes autenticarte ingresando la tarjeta. Los bicicleteros están puestos por todas partes, por lo que es muy fácil movilizarte, prácticamente siempre tiene un lugar donde estacionar/sacar una bicicleta, inclusive en lugares más urbanos como donde estaba ubicado el hostal. Esto hacía muy fácil el paseo.
Si te llegas a pasar del plan que pediste simplemente te cobran cada 30 minutos en vista que ya tienen tus datos.
Entre todos mis paseos, me topé con un puesto de Halfpricetourtickets.com donde me ofrecieron un tour a los Everglades por $35usd + tax (40usd) por medio día. Compré el ticket y me fui al hostal a buscar el palito de la Gopro. Al salir quise arrendar una bici para llegar con tiempo donde saldría el bus de mi tour, pero no me dejó! No contaba con esto. Corrí a otro bicicletero y tampoco. No pasaba ni un solo taxi por el barrio en el que andaba. En el tercer bicicletero logré entender qué pasaba...estaba colocando la tarjeta de crédito al revés!! Qué chascarro más grande, obviamente no me podía pasar cuando estaba sacando bicicletas para pasear solamente, tenía que pasarme cuando necesitaba llegar a un lugar. Hace tiempo que no sudaba tanto, llegué a la parada de bus y le rogué al chofer que me esperara para estacionar la bici, por suerte accedió. A la vuelta de la esquina había un estacionamiento...obviamente tuve problemas para estacionar la bici..no era mi día. Un señor muy amable se acercó y me ayudó por suerte, sino no habría llegado.
El bus demoraba 45 minutos en llegar a los Everglades. Ahí nos subimos a una lancha propulsada por una gran hélice con la que pasearíamos por el "parque". Nos explicaron que se suele creer que es un gran pantano, sin embargo es un río muy grande, alimentado por aguas de lluvia, que se mueve muy lento, a una velocidad de 1.6km cada 36horas. Existe mucha vegetación y animales en el lugar. La profundidad del agua no suele superar los 40cm y por este motivo es que solo se puede recorrer utilizando estas lanchas especiales.
Es tanto el ruido que emite el motor, que te entregan tapones para los oídos para que no sufras.
El lugar se llama Everglades por la planta Cedar glades, un pasto muy duro y largo. En sus bordes tiene pequeños dientes que te pueden cortar la piel fácilmente.
Obviamente, después del paseo en lancha teníamos un pequeño show con animales, siendo los cocodrilos y caimanes la atracción principal.
Se estima que hay cerca de 3.5millones de cocodrilos, existiendo 2 especies diferentes en el lugar: cocodrilo y caimán. La forma más fácil de distinguirlos es que los cocodrilos corren hacia ti, mientras que los caimanes corren alejándose de ti. ¡Qué susto!
Nos comentaron que el lugar hay muchos escorpiones, sin embargo pocos son venenosos. Con la mayoría te va a doler muchísimo si te pican y solo se vuelve más complicado si eres alérgico.
Volviendo a Miami beach pasé a comer a un Subway, nada nuevo dirán ustedes, pero tenían una promoción de un sandwich, bebida y 2 galletas por 5usd. Y yo a dieta... Pedí una galleta de Raspberry Cheesecake, todavía se me hace agua la boca cuando me acuerdo. De las mejores galletas que he comido y la comí sentada en la orilla de la playa. Fue perfecto.
La segunda galleta se la regalé al recepcionista del hostal, así no pecaba tanto.