viernes, 30 de marzo de 2012

En las afueras de la Ciudad Prohibida

Puerta Sur, entrada principal a la ciudad prohibida.

En vista que estabamos alojando tan cerca a la ciudad prohibida, decidimos que nuestra primera visita fuera para allá. Nos encontramos con la gran sorpresa que estaba repleto (o tal vez ni tanta sorpresa considerando la gran población de china). Era cerca de medio día, el calor no podía ser más intenso y la cola para entrar al lugar era interminable.
La ciudad prohibida está ubicada en pleno centro de Beijing (Pekín).


Todos los chinitos estaban equipados con sus lindos quitasoles, nosotros con suerte nos pusimos bloqueador.
Decidimos recorrer los alrededores y visitar la ciudad prohibida en otro momento.
Caminamos por las afueras de las grandes paredes que cierran el recinto, lo único que veíamos era chinitos, chinitos y más chinitos. Grandes y chicos, todos caminando a la ciudad prohibida.

Cruzando el puente para llegar a la entrada de la ciudad


La ciudad prohibida fue el palacio imperial desde la dinastía Ming hasta la dinastía Qing, desde 1368 a 1911. Ahora funciona como un museo.
Ha sido declarado como patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Un retrato del gobernador Mao te da la bienvenida a la ciudad

jueves, 22 de marzo de 2012

Melones por todas partes


Nos sorprendió la cantidad de fruta que tenían en Beijing. Sobretodo en la calle, nos topamos con decenas de carritos que vendian lonjas de melones ensartados en palitos. Con el calor que hacía era muy refrescante y como (casi) todo en China, también había que negociar el precio del melón.



Las fotos en particular son de los costados de la ciudad prohibida. La cantidad de gente que caminaba por ahí para llegar a esta atracción turística era impresionante por lo que no les iba nada de mal a los vendedores de melones.


Panqueques
También nos encontramos con un carrito de panqueques, pero no se veian tan apetitosos como las tajadas de melones.

sábado, 17 de marzo de 2012

Los alrededores del hotel


El hotel donde nos estabamos quedando tenía una ubicación muy central, a casi un costado de la ciudad prohibida. Las calles estaban llenas de comercio y gente. 
Frente al hotel teníamos un salvador Subway, era lo único que sabíamos que podíamos comer sin tener ningún tipo de sorpresas.
El restaurant que estaba al lado del Subway, ofrecía una especie de buffet, se veía bueno, pero no quedaba claro qué era lo que estaban sirviendo y no nos dejamos llevar por la aventura culinaria. Este mismo restaurant tenía varias jaulas con pájaritos y grillos dentro. Decían que les traería buena suerte.


En general se veía como un lugar muy tranquilo y bastante limpio.



sábado, 10 de marzo de 2012

Beijing, llegando a la ciudad


Como contaba en el post anterior. Camino al hotel donde nos quedamos durante toda nuestra estadía en Beijing, tuvimos que caminar muuucho. No habría sido tan malo si no se hubiese puesto a llover, aunque eso nos permitó ver la gran gama de paraguas que tienen los chinitos. Lo que no sabíamos es que ibamos a ver más aun cuando saliera el sol, pero de eso les contaré en el siguiente post.



Tomamos el metro desde el aeropuesto y nos sugirieron que nos bajemos en la estación Beijing Railway Station. Para nuestra sorpresa salimos frente a una gran estructura y aun más grande avenida, llena de gente. La lluvia no era impedimento para tener multitudes entrando y saliendo del edificio.


Frente a la estación nos encontramos con este extraño semáforo: cuadrado y en la mitad de la calle. Lo encontré poco práctico, pero a su vez no incorporaba mucha contaminación visual. Sólo una estructura para todas las direcciónes en lugar de tener entre 4 y 8 postes en una calle de 4 vías como pasa por acá. Sin mencionar las marañas de cables que suelen haber.
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