Se nos ocurrió esta loca idea de ir a la montaña de los 7 colores al día siguiente de nuestro regreso del trekking de 4 días. ¿Por qué digo loco? Porque regresamos a las 8pm y el tour saldría a las 3am del día siguiente, pero había que hacerlo, no vamos a volver a Cusco muy luego.
Así partió nuestra mañana, levantándonos a las 2:30am para salir a las 3am hacia la plaza de armas y esperar a que nos pasen a buscar. Estuvimos esperando un rato frente a la catedral, con algo de frío, hasta que nos pasaron a buscar y caminamos hacia otro punto de encuentro donde nos reuniríamos con más pasajeros y tomaríamos los buses hacia la montaña. El trayecto consta de varias horas en bus hasta un punto donde tomaríamos desayuno y luego otros 10 minutos en auto a donde inicia la caminata.
El camino hasta este punto es un poco peligroso, un camino de ripio de 1 pista con curvas bien pronunciadas y precipicios a los costados. Por suerte íbamos medias dormidas.
El desayuno consistía en pan con mermelada y té. Algo liviano ya que estaríamos ascendiendo hasta los 5200 m.s.n.m.
Comenzó la caminata de unos 15 o 20 minutos de buena subida hasta la primera parada. En realidad la subida no es tanta, pero estando a tanta altura se siente muy pesado.
La primera parada estaba ubicada en un pequeño punto donde se encontraban decenas de caballos. Estos caballos estaban ahí para ser contratados por los turistas con mal estado físico o muy cansados, como nosotras. Por 50 soles ida o 70 soles ida y vuelta, podíamos montar un caballo casi hasta la montaña de 7 colores. No lo pensamos dos veces y contratamos un caballo para cada una, estabamos demasiado cansadas por la falta de sueño y el trekking anterior.
Cada caballo iba con su propio guía, personas de las diferentes comunidades que viven en el sector. Tienen un estado físico impresionante, iban apurando al caballo todo el tiempo. Mi guía se llamaba Yoel y su caballo Tornado.
El trayecto hacia la montaña de 7 colores es hermoso, grandes montañas con diferentes colores y vegetación. También es posible ver muchas llamas pastando en el camino.
En algunos sectores de la caminata, es necesario bajarse del caballo y hacerlos a pie al ser muy empinados para los caballos. Fueron unas 3 o 4 oportunidades que nos tocó bajarnos del caballo y en cada oportunidad agradecíamos haber tomado la decisión de haber ido en caballo porque quedábamos muy cansadas. Nos llamaba la atención del poco énfasis que le hacen las agencias de turismo a la dificultad de esta caminata o más bien la exigencia física debido al poco oxígeno.
A la altura que nos encontrábamos, el clima es muy cambiante por lo que puede tocar mucho sol y lluvia en la misma mañana, hay que ir preparados. Hay pequeños puestos donde venden agua y algunos snacks en el camino, lo que no hace necesario llevar mucha agua desde el principio y así se aliviana el peso de la mochila. También hay letrinas cada 1 hora de caminata más o menos.
Llegando a la montaña, el trayecto final se debía hacer a pie, el ascenso a un cerro frente a la montaña de 7 colores ya que a esta no se puede acceder de otra forma que de a pie por la cantidad de gente y por lo empinado que es. Con el cansancio y poco oxígeno que teníamos lo hicimos bien bien lento, logramos llegar a la cumbre para tomarnos la tan añorada foto con la montaña. La montaña de 7 colores, tiene franjas de diferentes minerales lo que le da estas diferentes tonalidades haciéndose llamar también la montaña arco iris. Es solo una única montaña que tiene esta propiedad de las franjas de colores, pero el resto del paisaje es igualmente increíble pudiendo ver incluso grandes glaciares.
Nos comentaron que existen dos montañas más con este efecto en otros dos países del mundo, Argentina y China.
Solo te dan 30 minutos para estar en la cumbre y comenzar el descenso, y si te demoraste en llegar puede ser menos. La cumbre está llena de turistas, por lo que deben aprovechar todo momento que encuentren para tomar una buena foto.
Comienza el descenso y nuevamente estamos agradecidas de tener un caballo. Mis rodillas ya no daban más. Incluso en los pequeños trayectos a pie los tenía que hacer muy lentos. Llegué abajo con un dolor de cabeza y de guata que me estaba matando, la altura me estaba afectando más de lo que esperaba y aún nos quedaban 3 horas por un camino lleno de curvas, pero antes nos tocaría almorzar. En el mismo lugar donde nos dieron desayuno, nos sirvieron sopa de sémola y verduras de entrada y luego pollo salteado (pollo, pimentón, zanahorias, papas fritas y otras verduras), arroz y un poco de ensalada de coliflor, brocoli, pepino y tomate. Muy bueno.
Cerca de las 7pm estábamos de regreso en Cusco, listas para un merecido descanso.
El tour nos costó 60 soles por persona (casi 20usd). No incluía la entrada a la montaña de 10 soles por persona, ni el arriendo de bastones en caso necesiten (muy útiles si hacen todo el trayecto caminando), si incluía el desayuno y el almuerzo.