lunes, 31 de julio de 2017

Antananarivo


A 3 horas hacia el este de Johanesburgo, tomando un avión para unas 100 personas, se encuentra la isla de Madagascar. 

Llegamos a Antananarivo, la capital de la isla. Un aeropuerto pequeño, de 1 piso, más parecido a un aeropuerto de regiones en Chile de alguna ciudad no muy grande que a cualquier aeropuerto internacional.
Pasamos por policía internacional, fue harto más expedito de lo que esperábamos. Compramos la estampilla par la visa ahí mismo, 25 euros o 28 USD, no nos pidieron fotos a pesar de que íbamos muy preparados.

Cambiamos un poco de plata en el aeropuerto. Te dan 3.540 Ariary por 1 euro o 2.904 Ar por 1 dólar. Cambias un poco de plata y terminas con muchos billetes.
Habíamos investigado que hay un servicio de bus que va a la ciudad desde el aeropuerto cada 45minutos, sin embargo ya no estaba funcionando. Tomamos un taxi oficial por 50.000 ar, algo así como $13.000 CLP. Hay que tener cuidado eso si porque antes de subir nos querían asignar a otro chofer el cual iba a cobrar 80.000Ar. Haciéndonos entender con el poco francés que hablamos evitamos que nos engañaran y volvimos con el chofer original al precio acordado.

Partimos hacia la ciudad, pasamos por unos sectores rurales que se veían bien pobres. Divisamos a lo lejos unas vacas con jorobas que no conocíamos, esperamos encontrarlas nuevamente más adelante. También muchos campos de arroz.


La entrada a la ciudad se empezó a ver más caótica, con muchos autos y movimiento. Nuestro hostal, Lemur Hostel, quedaba cerca del centro. 
Nos habían advertido que el ritmo de Madagascar difiere mucho a lo que estamos acostumbrados. Todo es lento y no hay apuro para nada. Llegamos al hostal y la recepcionista estaba en el doctor, debíamos esperarla. Por suerte no fue mucho rato y salimos a caminar por la ciudad con lo poco de luz que nos quedaba. 


Fuimos al centro a ver los open-air markets, básicamente ferias callejeras. Vendían de todo: verduras, frutas, carne, huevos, zapatos, ropa, etc. Todo muy sucio e inmerso en un caos de gente. 

Buscamos un lugar para almorzar/cenar. Solo encontramos uno, se llamaba Planète. Pedí un plato de spaghetti con salsa boloñesa, 11.900 Ar, como $3.000CLP. Bien contundente y bastante sabroso. 


Terminamos de comer y tomamos un taxi de vuelta al hostal, como nos sugirieron. Los taxis de la ciudad son muy diferentes a los taxis oficiales del aeropuerto que se parecen más a los taxis de Chile. Los taxis de la ciudad son chicos, como pequeñas citronetas, y no están en buenas condiciones. Costaba mirar por la ventana y no teníamos claro si andaba con las luces prendidas o no. Fue una pequeña aventura, pero logramos llegar sanos y salvos. Un recorrido de menos de 10 minutos nos salió 10.000Ar, cerca de $2.500CLP.



Hay que tener presente que el día domingo está todo cerrado. Todo. Uno de nuestros regresos a la capital fue un día domingo y no habían agencias de turismo abierta, ni arriendo de autos, con suerte un par de lugares donde cambiar plata en el aeropuerto. Ahí terminamos coordinando una salida al sur de Antananarivo con 3 choferes de taxis, entre todos se consultaban cosas y terminamos armando una salida por 4 días con uno de ellos. Nos cobrarían 150.000Ar el día por el auto y el chofer, debemos pagar la bencina y otros gastos aparte.  

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