A 3 horas hacia el este de Johanesburgo, tomando un avión para unas 100 personas, se encuentra la isla de Madagascar.
Llegamos a Antananarivo, la capital de la isla. Un aeropuerto pequeño, de 1 piso, más parecido a un aeropuerto de regiones en Chile de alguna ciudad no muy grande que a cualquier aeropuerto internacional.
Pasamos por policía internacional, fue harto más expedito de lo que esperábamos. Compramos la estampilla par la visa ahí mismo, 25 euros o 28 USD, no nos pidieron fotos a pesar de que íbamos muy preparados.
Cambiamos un poco de plata en el aeropuerto. Te dan 3.540 Ariary por 1 euro o 2.904 Ar por 1 dólar. Cambias un poco de plata y terminas con muchos billetes.
Habíamos investigado que hay un servicio de bus que va a la ciudad desde el aeropuerto cada 45minutos, sin embargo ya no estaba funcionando. Tomamos un taxi oficial por 50.000 ar, algo así como $13.000 CLP. Hay que tener cuidado eso si porque antes de subir nos querían asignar a otro chofer el cual iba a cobrar 80.000Ar. Haciéndonos entender con el poco francés que hablamos evitamos que nos engañaran y volvimos con el chofer original al precio acordado.
Partimos hacia la ciudad, pasamos por unos sectores rurales que se veían bien pobres. Divisamos a lo lejos unas vacas con jorobas que no conocíamos, esperamos encontrarlas nuevamente más adelante. También muchos campos de arroz.
Nos habían advertido que el ritmo de Madagascar difiere mucho a lo que estamos acostumbrados. Todo es lento y no hay apuro para nada. Llegamos al hostal y la recepcionista estaba en el doctor, debíamos esperarla. Por suerte no fue mucho rato y salimos a caminar por la ciudad con lo poco de luz que nos quedaba.
Buscamos un lugar para almorzar/cenar. Solo encontramos uno, se llamaba Planète. Pedí un plato de spaghetti con salsa boloñesa, 11.900 Ar, como $3.000CLP. Bien contundente y bastante sabroso.
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