Otro de los lugares que visitamos fue la zona portuaria de Valparaiso y la ciudad de Viña del Mar.
En Viña caminamos por la costanera y la playa, vimos las esculturas de arena (sigue el mismo homero simpson desde el año pasado), una feria artesanal y el gran casino de viña. El Casino estaba muy lleno, nos quedamos hasta cerca de las 4 de la mañana. Tiene un ambiente muy diferente comparado a los otros casinos del país. El Casino de Pucón por ejemplo tiene a la mayor parte de la gente concentrada en las máquina y tiene 3 ruletas y mesas para cada área fumador y no fumador. El Casino Monticello es muy grande y no hay suficiente gente por lo que se siente muy vacío y poco exitoso. El Casino de Valdivia o de Puerto Varas, muy lindos, de tamaños ad-hoc al publico que pueden recibir, pero aun así les falta ser un poco más llamativo y crear el espíritu del casino. Por estas razones creo que el Casino de Viña es único, siempre está vivo, tiene el espíritu que se espera de un lugar así y cuenta con la cantidad de mesas y de máquinas necesarias para mantener a los clientes felices.
En Valparaíso recorrimos un poco los cerros, subimos en los tradicionales ascensores y bajamos por las escaleras. Fuimos a un fuerte, que por poco nos dejan afuera por llegar justo al hora de cierre y paseamos entre las casas tomándonos fotos con algunos de los grafitis que podemos encontrar en las paredes de las calles.
No me aburro de visitar este lugar.
No me aburro de visitar este lugar.
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