El puente de Brooklyn en Nueva York conecta a Manhattan y Brooklyn, es famoso por ser uno de los puentes colgantes más antiguos de Estados Unidos, con 140 años. Se puede recorrer en auto o a pie.
El puente fue diseñado por John Augustus Roebling, un inmigrante alemán. Cuenta la historia que mientras efectuaba las encuestas para el proyecto, le ocurrió un accidente causándole la perdida de algunos dedos del pie y posteriormente la muerte a causa del Tetanos. Antes de morir le dejó el proyecto a su hijo de 32 años, Washington Roebling, para que pudiese finalizar la obra.
Poco tiempo después de que iniciara la construcción, Washington sufre un accidente de descompresión y lo incapacita de continuar con el proyecto, otorgandole la supervisión a su esposa Emily Warren Roebling por 11 años hasta que finalizan las construcciones. Emily trabajó para realizar toda comunicación entre los ingenieros y su marido, obligándola a aprender matemáticas, cálculo de infraestructura, especificaciones de puentes, entre otros.
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