Nos sorprendió la cantidad de fruta que tenían en Beijing. Sobretodo en la calle, nos topamos con decenas de carritos que vendian lonjas de melones ensartados en palitos. Con el calor que hacía era muy refrescante y como (casi) todo en China, también había que negociar el precio del melón.
Las fotos en particular son de los costados de la ciudad prohibida. La cantidad de gente que caminaba por ahí para llegar a esta atracción turística era impresionante por lo que no les iba nada de mal a los vendedores de melones.
Panqueques |
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