Como muchas ciudades, Amsterdam también tiene su lado más oscuro. Aquí les cuento sobre el famoso barrio rojo "Red light district" y sobre los coffeeshops y la marihuana.
BARRIO ROJO
Existen tres barrios en Amsterdam que conforman el Barrio Rojo. Estos barrios se han convertido en una atracción turística por mostrarse muy liberales y tener una gran tolerancia a la prostitución, a la diversidad sexual y a las drogas. Como pueden o no saber, Holanda tiene legalizada la prostitución o como prefieren que las llamen: trabajadoras del sexo. De esta manera mantienen un mejor control de lo que ocurre, proporcionan seguridad tanto para clientes como para las proveedoras del servicio y es más higiénico.
Para poder trabajar en este rubro es necesario contar con un pasaporte de la Unión Europea, solicitar el número identificador para trabajar (algo así como un rut) e inscribirse como trabajadora del sexo. En este rubro solo pueden trabajar mujeres y transexuales (completos o incompletos). Para ofrecer los servicios es necesario arrendar una vitrina que está destinada para estos trabajos en uno de estos barrios. Las vitrinas se arriendan por jornadas laborales de 8 horas, variando su precio según la jornada y la ubicación en la que esta se encuentre: vitrinas en un segundo piso son mas caras que las de primer piso o sub suelo en vista que las personas que pasean por la calle no le tapan la visibilidad y además permite que los más tímidos también puedan observar a lo lejos. Los barrios y calles se dividen según el tipo de señorita que se presenta, hay calles con mujeres más lindas y otras más feas.
El sistema funciona así: si hay servicio o si la señorita de la vitrina está actualmente ocupada, habrá una luz roja prendida en la ventana, de aquí el nombre del barrio: barrio rojo o red light district en inglés. Si la persona de la vitrina es transexual, también habrá una luz azul en la ventana. No hay manera de saber si es transexual completo o incompleto, se le podría preguntar a la hora de negociar, pero dicen que no es muy bien visto y es probable que no te digan nada y que te rechacen.
Los clientes tienen 2 minutos para negociar con las señoritas, si se pasan de los dos minutos éstos serán considerados como clientes y las señoritas tendrán que pagar impuestos por él. Esto funciona así ya que en cada pieza/puerta existen cámaras que graban lo que ocurre, pero estas grabaciones son solo como sombras para mantener el anonimato de los clientes y para no aportar al morbo de aquellos que deben revisar las filmaciones. El servicio normal consiste en sexo normal y en sexo oral, cualquier otra cosa que se solicite es un extra y se debe pagar adicional. Los impuestos que pagan estas señoritas es sobre el servicio normal que está considerado en 50 euros (unos $30.000 CLP). Se contemplan 15 minutos para el servicio normal, si el cliente quiere un par de minutitos más, se paga extra. El tiempo lo tienen estratégicamente medido con la música que colocan para cada sesión. Todo lo que se desee hacer fuera del servicio adicional es considerado un extra, desde tocar algo, emitir algún ruido o incluso que la señorita mire al cliente, por lo que recomiendan negociar todo esto antes de entrar ya que después puede salir aún más caro.
También es interesante contar que las trabajadoras están protegidas por la policía como cualquier otro trabajador. Cada vitrina cuenta con botones de pánico colocados en distintos lugares para que se pueda llamar a la policía en caso que el cliente sea problemático. Un toque en el botón de pánico alerta a la policía indicándole que hay un cliente potencialmente violento. Un segundo toque significa que el cliente se ha puesto un poco violento y comienza a sonar una alarma fuerte para que se vaya de la pieza y además autoriza a las trabajadoras de las vitrinas de los costados que entren a la sala a pegarle para que se vaya. Por último un tercer toque le indica a la policía que deben asistir al lugar porque el cliente no se quiere ir. Nos comentaron que la policía cuida mucho a las trabajadoras y aquellos clientes que se ponen violentos son muy mal vistos. Incluso a veces si la policía llega muy rápido, esperan un rato afuera para que le sigan pegando al cliente antes de llevárselo a la comisaría.
Todo esto lo aprendimos en el tour del Barrio Rojo de la empresa Sandeman's New Europe Tours.
The Bulldog, una cadena de coffeshops bastante famosa. En la foto se pueden ver 3 locales. |
COFFEE SHOPS
Estos locales llamados coffee shops no son solamente lugares donde puedes comprar una buena taza de café. Algunos ni siquiera venden café. Los coffee shops son los locales donde se puede comprar marihuana. Cada local puede tener hasta 500 gramos de marihuana y hay más de 200 locales en la ciudad. Para comprar debes solicitar el menu, donde podrán encontrar las diferentes variedades que tienen para ofrecer. Porqué entonces el nombre de coffee shops? porque la marihuana no está legalizada en el país, solo que es tolerada tanto por la policía como por el gobierno y la gente que vive en el país en general. Nos explicaron que en Holanda cuentan con una diferenciación entre tolerar y aceptar. La marihuana es tolerada, pero no aceptada, por lo que no se le podrá hacer propaganda ni nada que incentivo su consumo. Por esto se tuvo que buscar alguna forma de dar a entender donde se puede comprar este producto sin decirlo explícitamente, así nació el nombre de coffee shop. Incluso entrando a un coffee shop no se podrá ver publicidad al respecto y la carta de marihuana se debe pedir explícitamente en el mesón. Aquel local que solo vende café y no marihuana es simplemente llamado un Café. Así se creó la diferenciación entre los locales. En todos estos locales se puede fumar marihuana libremente dentro de ellos y algunos en sus terrazas, de hecho algunos tienen prohibido fumar cigarro, pero no marihuana.
También existen los smart shops, otro tipo de local, pero más orientado a una tienda, donde se pueden comprar otros tipos de drogas blandas como los hongos y marihuana (y semillas de marihuana)
¿Qué les parece?
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