domingo, 7 de mayo de 2017

Lima


La entrada a Lima me impresionó, hace años que no venía. En relación a Santiago, se ve sumamente seco y de un fuerte color cafe. Las casas cuadradas y con techos planos te reafirman la aridez del lugar, sin embargo el ambiente es súmamente húmedo y el calor que sentí al bajar del avión ni de los explico.

Mientras circulábamos por el aeropuerto, ci que tenían aviones y helicópteros de la fuerza aerea peruana que aparentan estar listos para salir en cualquier momento. Eso no lo hace ver como un país muy amigable.

Camino a la casa de mis amigos que me alojarían, encontré que la ciudad se parecía mucho a la ciudad de méxico. Sobretodo por el tráfico horroroso que tienen, hay que andar con cuidado, como peatón y como chofer.

De las primeras cosas que tenía que hacer era comprar un chip para mi celular para poder estar conectada. Resulta que en Perú, a menos que compres un chip especial en el aeropuerto que sale muy caro, necesitas ser peruano para comprar un chip prepago. "¡Insólito!" pensé inicialmente, luego me explicaron que debido a la cantidad de llamadas y estafas que se realizan desde la cárcel, es necesario presentar una cédula de identidad a la hora de comprar un chip, de manera de tener identificado a los dueños de los números y así disminuir los problemas que estas llamadas traen consigo. Me pareció una buena solución y algo que se podría implementar en Chile, por le aumento de las llamadas fraudulentas.

BARRANCO Y MIRAFLORES




Los primeros dos días recorreríamos Barranco y Miraflores en vista que nuestro alojamiento estaba situado en Barranco muy cerca del mar. Digo muy cerca del mar y no a orillas del mar, porque la costa de Lima es bien especial. La ciudad llega a un límite de un precipicio y luego hay unos 100 metros de playa para llegar al agua. Toda la costanera la bordea una autopista, y las playas son todas artificiales, la mayoría sobre piedras y algunas sobre arena traida por el hombre.

Desde donde nos estábamos quedando, caminamos hasta la plaza central de Barranco. En el camino es posible ver muchas casas y departamentos lujosos, muchas tiendas de artesanía peruana y de diseñadores. Almorzamos en un lugar a 2 cuadras de la plaza principal, famoso por ser un de los mejores restaurantes para comer Ceviche: Canta Rana. Originalmente un restaurante familiar de Venezuela, que encontró su lugar en Lima y es muy bien apetecido por los turistas. Podrán encontrar cola para sentarse, pero se mueven rápido y vale la pena esperar. Pedimos un ceviche de pescado, de champiñón, una causa de pollo y yuca frita. También pudimos probar la Chicha morada, jugo que se hace en base al maiz morado, no es alcohólico. Los platos van de 15 a 45 soles.

En la plaza central de barranco había una feria de comida al ser día domingo. Ahí comimos postre, no eran muy buenos. Lo salado tenía muy buena cara, pero estabamos satisfechos.

Al día siguiente, día lunes, el hostal olvidó prender el agua caliente y demoramos mucho en salir. Intentamos reservar un tour a una isla muy cerca de la costa de Lima donde hay pingüinos y lobos de mar, uno puede andar en kayak e incluso bañarse con ellos, pero costaba 120usd por persona lo cual nos pareció demasiado, terminamos reservando un tour en bicicleta de casi 4 horas por 105 soles cada uno el que saldría en la tarde. Nos fue muy difícil que nos contestaran el teléfono y/o e-mail en los diferentes lugares, hay que tener cuidado porque los sitios web no están muy actualizados. Salimos cerca del medio día, caminamos hasta el puente de los suspiros, al lado de la plaza central de Barranco, compramos un café y seguimos nuestra travesía hacia la playa, es una caminata bien suave y rápida. Paseamos un poco por la costa y llegamos a la playa de las sombrillas, donde hay asientos y quitasoles que puedes arrendar por un módico precio. El sol estaba terriblemente fuerte por lo que una sombrilla venía muy bien, pero no nos daba el tiempo para descansar en la playa. Nos llamó la atención que casi todas las sombrillas eran color café, como el color de la tierra en Lima, en lugar de un arcoíris de colores alegreses como se suelen ver en otras playas. Pedimos un Uber y nos llevó a Miraflores donde empezaba nuestro tour en bicicleta. Comimos un sandwich muy contundente en la "Sanguchería", así le llaman acá donde hacen sandwiches, La Lucha,  muy buenos sandwiches y jugos, muy recomendado.

Lo curioso de Uber en Lima, es que tanto taxis como autos particulares lo usan, y a diferencia de otras ciudades donde opera Uber, te puedes encontrar con vehículos en muy muy mal estado que ni sabes si vas a llegar a tu destino en él.

En Huaca Pucllana

El city tour estuvo bien bueno, partimos al lado de la plaza principal de Miraflores, conocida por albergar muchos animales abandonados, en especial gatos. La ruina que estaba incluida en el tour estaba cerrada por ser día lunes, pero logramos entrar a una mejor, más conocida y más grande,  llamada Huaca Pucllana. Huaca significa templo o lugar sagrado, este lugar fue construido por otros indígenas diferente a los Incas. Utilizaron bloques de barro secados al sol y tenían dos sistemas antisismicos: el primero era dejar un espacio entre cada bloque y el otro era formar los ladrillos con una leve formación de trapesoides para hacerlos más firmes. Estuvimos ahí unos 40 minutos, luego seguimos nuestro recorrido por el Bosque de Los Olivos, el barrio alto de Miraflores, pasamos por un mercado para probar algunas frutas exóticas, luego bordeamos el parque de los enamorados y volvimos a nuestro punto de partida. Lima es bien plano por lo que el recorrido no tenía mayor dificultad física.

Posterior al tour, pasamos al hostal a ducharnos y cambiarnos de ropa para ir a comer a un lugar llamado La Dama Juana: cena buffet y show de bailes típicos peruanos. Tenían muchas opciones calientes y frías de comida criolla, bastante buena. El show estuvo muy entretenido, 1.5hrs de diferentes bailes, diferentes trajes y estilos de música. Invitan al público a bailar en el escenario, es bien entretenido. Lo disfrutamos mucho. El valor de la cena es de 120 soles por persona (poco menos de 40usd). Se los recomiendo.

CENTRO DE LIMA

Plaza de Armas
Tuvimos otro día para pasear que lo dedicamos principalmente al centro. Fuimos a la plaza San Martín y a la plaza de Armas. En la plaza de Armas se puede visitar una catedral, un museo, y ver el cambio de guardia en el Palacio de Gobierno.

Ahí mismo contratamos un tour por una hora y media aproximadamente que recorría varios puntos "relevantes" de la ciudad. Como todo contratado en la calle, te ofrecían más de lo que realmente visitaban. Lo que valía la pena de ese tour es que te llevaban al punto más alto de la ciudad: el Cerro San Cristobal. La calle para llegar hasta arriba es de temer, sobretodo si vas en un bus de 2 pisos, pero logramos subir y bajar, sanos y salvos. 

Vista desde lo alto del cerro San Cristobal

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