domingo, 21 de agosto de 2011

Damnoen Saduak Mercado Flotante


A unos 100 kilómetros de Bangkok, se puede llegar al mercado flotante Damnoen Saduak, el más popular del área.

El mercado consiste en varias decenas de botes remando de un lado para el otro vendiéndo cosas. Puedes encontrar casi de todo: fruta, flores, carteras, sombreros, souvenirs, etc. Y como se hace en la misma ciudad de Bangkok, se debe regatear para pagar un precio "decente".


El mercado es entretenido y pintoresco, pero además de eso no le encuentro mucho sentido que tengan que hacer todo el negocio en el agua. A los costados hay mucha tierra firme donde podrían vender sus cosas (y de hecho hay varios puestos de comida y souvenirs), pero insisten con hacerlo en el agua... bueno, sin ello no tendrían la atracción para que los turistas lleguen hasta allá.

Como bien dice Wikipedia, "debido al alto turismo que llega a la zona, el mercado ha pedido su autenticidad."


Existen dos formas para recorrer el mercado: a pie por los costados o tomando un botecito que te lleva por unos 40 minutos. Está interesante tomar el botecito al ubicarte al lado de todo lo que está pasando, pero por otro lado es un trayecto muuuy lento y termina siendo una perdida de tiempo. Además, el bote se comparte con más personas, son unas 6 u 8 en total, por lo que si a alguna se le ocurre comprar algo y empezar a negociar se puede estar un buen rato parada. A nosotras nos pasó. Además, hay lugares con mucha congestión de botes y pueden pasar varios minutos esperando que alguno de los botes que está parado se mueva para uno poder continuar con su paseo.

Bote estacionado a uno de los costados ofreciendo carteras imitación de marcas famosas

La segunda alternativa es recorrer el río a pie, pero ahí ya no se está tan cerca de los comerciantes, aunque se alcanza a ver todo mucho más rápido en caso de que estén cortos de tiempo. A nosotras por suerte nos alcanzó para ambas cosas, y opinamos que el paseo en bote no valía tanto la pena ya que pasamos unos 20 minutos esperando en un atochamiento de botes y no había nada que hacer mientras.

Este vendía de todo un poco


Una de las cosas que más me gustó fue observar las caras de los vendedores. Encontré que tenían una expresión muy diferente a los vendedores de la ciudad. Tal vez sea porque trabajan todo el día (o al menos toda la mañana) bajo el sol, aunque muchos se notaban con bloqueador en la cara y sombreros para protegerse. Pero además de eso, se notaban rostros muy variados entre ellos mismo.

Disfrutando el atochamiento de botes desde la distancia
Sin duda me gustó mucho el lugar, me encantaron los colores que veían, pero me lo imaginaba diferente. Mucho más ancho el río y gente local realizando sus compras, no creo haber visto ni una persona que no pareciese turista comprando en ese lugar, tal vez ellos van más temprano, no lo sé.

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