martes, 9 de febrero de 2016

Las Vegas


Camino a Las Vegas nos encontramos con una tienda impresionante: Bass Pro Shop. Una gran tienda de todo tipo de cosas outdoors. Vale la pena visitar la tienda solo para ver la ambientación del lugar. Decenas de pieles y cabezas de animales, pilares estructurales que parecían troncos de árboles, un gran acuario, entre otras cosas. De las cosas para comprar tenían mucha variedad de ropa, una sección entera dedicada a la pesca, otra sección entera dedicada a la caza, una sección entera dedicada a cuchillos y armas. Era impresionante. Después descubrimos, que como buena tienda americana, era parte de una cadena y tienen tiendas en varias ciudades más, cada una con su propio toque, pero todas igualmente decoradas. Por ejemplo, otra de las tiendas a las que pasamos tenía un área de entrenamiento de tiro al blanco con pistola.

Llegamos bien tarde a Las Vegas y nos costó muchísimo encontrar alojamiento. No nos interesada alojar en un hotel de lujo, buscábamos algo de bajo costo y que quedara cerca de la calle principal de Las Vegas en vista que es muy difícil estacionar por ahí. Logramos encontrar un Travelodge motel por $50usd la noche, estaba perfecto. Lo que se les olvidó mencionar a la recepcionista era que la noche siguiente nos costaría $118usd al ser noche de un viernes. Son detalles que a uno siempre se le olvida considerar.

La primera mañana en Las Vegas fuimos a desayunar al iHop, un restaurant famoso por sus hotcakes (unos panqueques gorditos). Quedamos impresionados por los desayunos que se pedían las mesas al rededor nuestro: unas bandejas de huevo revuelto gigantescas y no las compartían. En casi todas las mesas dejaban más de la mitad de sus porciones. Yo me pedí media porción de hotcakes de cheesecake con frutillas (es decir venían 2 hot cakes en vez de 4) y quedé más que bien. Lo mejor es que cobraron 50% del plato, a diferencia de muchos lugares que te cobran un poco más del 50% aunque pidas sólo la mitad. 

Luego de desayunar fuimos a visitar la famosa tienda de empeños del programa Pawn Stars del History Channel. Hay que hacer una cola no menor para entrar, no cobran entrada, pero hay demasiada gente por lo que se debe hacer por turnos. Si tienes suerte puede ver a alguno de los protagonistas del programa en la tienda, pero no fue nuestro caso. Dimos una vuelta por las vitrinas y sacamos una foto. No íbamos con intensiones de comprar, aunque tenían cosas bien entretenidas.

Paseamos por la calle principal de Las Vegas, estuvimos en paris, en nueva york, en la pequeña italia, el palacio del cesar y en varios lugares más. Entramos a la tienda de Hersheys y tenían una escultura de la estatua de la libertad hecha de chocolate. La escultura debía tener unos 2 metros por lo menos, bien impresionante.

Entramos también a un par de casinos, pero las apuestas iniciales eran muy altas por lo que jugamos muy poco. Para eso era mejor parar en un casino de las afueras de la ciudad, aquellos operados por las reservas indígenas, si bien no tienen la ambientación que tienen los casinos de Las Vegas, son casinos como cualquier otros con apuestas mínimas mucho más bajas lo que te permite disfrutar y pasarlo bien un buen rato sin perder mucha plata.

En la noche fuimos a ver los juegos de agua y luces frente al hotel Bellagio y la explosión del volcán y espectáculo de fuego frente al hotel The Mirage. 




Al día siguiente ya debíamos partir rumbo a nuestro próximo destino, pero antes hicimos una parada en el taller de Rick’s Restorations, también de un programa famoso de la tele, donde restauran artefactos viejos como refrigeradores, toca discos, etc.  

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