Tuvimos la loca idea de agendar un buceo con tiburones muy cerca del famoso sector del León Dormido o Kicker Rock. En un inicio sonaba muy entretenido y estaba muy emocionada de haberlo agendado, lo consideraba como mi primer buceo "de verdad", pero en la noche anterior empecé a pensar que tal vez no era la mejor idea y me empezó a dar un poco de susto... pero ya estaba pagado y agendado así que no había vuelva atrás!
Nos levantamos a primera hora y fuimos al centro de buceo, la salida era a las 8:45am. A un módico valor de $150usd p.p. las dos inmersiones estaríamos toda la mañana ocupados viendo la vida submarina.
Considerando que mi única experiencia buceando era en Quintay, en el frío mar chileno, con solo un par de metros de visibilidad cualquier buceo en un mar más cálido podía superar la experiencia, pero esto fue lejos, lejos, más allá de lo que pude haber imaginado.
Buceando con una pequeña tortuga a mi lado |
Logramos ver un par de tiburones y tortugas marinas. Tiburones de punta blanca, inofensivos para el hombre. Solo vimos un par y muy lejos, nada que nos causara miedo. Además nos decían que los tipos de tiburones que andan por este sector son muy miedosos y arrancan de los humanos.
La segunda inmersión fue de una profundidad máxima de 24 metros, duró aproximadamente 30 minutos. Increíble, ocurrió algo inesperado: fuimos rodeados por una gran escuela de peces. Increíble. Estábamos buceando y de repente se sintió como una nube pasaba sobre nuestras cabezas y bajaba la luminosidad de nuestro entorno, cuando giramos un poco y vemos a este gran grupo de peces nadando al rededor de nosotros. Lejos la mejor experiencia del viaje.
Rodeados por peces |
Terminando nuestro buceo volvimos a San Cristobal donde debíamos prepararnos para tomar una lancha a la isla de Santa Cruz la cual quedaba a 2 horas aproximadamente y costaba $30usd por persona. Esto lo reservamos directamente en el hostal antes de salir a bucear.
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