Coordinamos un taxi por 180cuc que nos pasaría a buscar al hotel y nos llevaría a un all inclusive (Meliá Las Antillas) en Varadero, ubicado a dos horas de La Habana. Demoramos 6 horas en llegar desde Cayo Coco. Fue un largo camino y nos costó encontrar el hotel que estaba a un extremo de la península (y a una media hora del centro de la ciudad). El hotel era apoteósico aunque menos que el de Cayo Coco, se notaba que tenía algunos años más que el Meliá Jardines del Rey.
Llegamos al centro y nos fuimos a vitrinear los puestos de artesanías. Algunos más artesanales que otros. Ahí fue donde compramos la mayoría de los souvenirs: cucharas de coco, porta habanos, algunos imanes, llaveros, entre otros. El pueblo de Varadero no tiene mucho atractivo más allá de sus playas y los all inclusive. Fuera de la calle principal y algunas atracciones sobre la ruta del bus hop on/hop off no hay mucho que hacer.
Alcanzamos a ir a la playa un rato y luego seguimos vitrineando. Para nuestra felicidad encontramos una pequeña galería de arte cubana. Muchas pinturas de diferentes artistas. Ahí me compré un cuadro que me encantó. Un caballo con un fondo de tonos morados que aparenta estar galopando. No me pude resistir y no era tan caro tampoco. Terminando de comprar empezó a llover y de repente nos encontrábamos rodeados por una tormenta tropical. Sentías que se estaba cayendo el cielo y que no iba a parar nunca más. Por suerte al poco tiempo pasó un bus hop on/hop off que paró cerca de la galería y nos dejó subir. Con lo poco que estuvimos bajo la lluvia quedamos empapadas.
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