Pasamos a comer al mismo restaurant de la ida: Mad Zebú. Esta vez me pedí un filete de Zebú con vegetales que estaba bastante bueno (18.000Ar). La única diferencia era que estábamos almorzando a las 11.30am.
Continuamos un par de kilómetros y llegamos al río Belo. Esta vez la logística para subir arriba del bote balsa resultó más fácil y no demoramos mucho en salir.
Seguimos un par de horas más, y a eso de las 15hrs estábamos en la reserva natural Kirindy, conocida por tener muchos Lemures. Pedimos una pieza ahí mismo en el eco lodge del parque y nos dieron un bungalow con baño (130.000Ar/noche/pieza). Lo más raro: sólo tenía una cortina para separar el baño de la pieza, no existía una puerta.
Decidimos tomar el tour nocturno que empezaba a las 6pm. Se debe pagar la entrada al parque que sale 35.000Ar por persona y el ticket es válido por 3 días y además un guía por 10.000Ar/pp para el tour de noche de 2hrs y de 20.000Ar/pp para el tour diurno.
La reserva cuenta con pocos guías que hablan inglés por lo que unieron 3 grupos. Antes de eso, cada uno tomo su auto y avanzamos por el bosque unos 5 minutos para ahorrarnos la caminata inicial y aprovechar más el tiempo buscando animales.
Si van, lleven una luz frontal o una buena luz de mano para aprovechar de ver bien los lemures. El guía lleva una buena linterna de todas maneras para indicar donde estaban los animales. Tuvimos la suerte de ver 3 tipos de lemures nocturnos, en particular el que más vimos fue el lemur ratón, un lemur chiquitito y que en su mayoría nos tocó verlo escondido en troncos y árboles secos. Quedamos muy contentos con el tour nocturno, que personalmente no le tenía mucha fe.
Volvimos al ecolodge, y camino al bungalow divisamos un Fosa, el mayor depredador de la isla. Es como la mezcla entre un gato y un lemur, es un gato un poco más grande de lo normal, con ojos y cola de Lemur. En la mañana siguiente pudimos encontrar 3 de estos buscando restos de comida en la basura.
El tour diurno también nos dejó muy contentos. Salimos a las 7am y poco pasado de las 9 ya estábamos de regreso. Logramos ver el Lemur blanco, Sifaka, así como también el lemur café, el mismo que había encontrado el día anterior. Los lemures blancos nos dieron un gran show, habremos visto unos 5 o 6, saltaban entre árboles como haciendo una trenza. Incluso logramos ver a uno que tenía a un lemur cachorro colgando de la guata. Muy entretenido.
Habiendo terminado con el recorrido, armamos nuestras mochilas y seguimos hacia Morondava. Tomamos un desvío para ir a ver el Baobab del amor, que es un Baobab siamés que pareciera que se están abrazando entre ellos. El pobre baobab está bien maltratado y rayado.
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