jueves, 24 de agosto de 2017

Zanzibar - día 1 a 5


Llegamos a la Unguja, la isla principal del archipiélago de Zanzibar, una región semi autónoma que es parte de Tanzania. Nos tomamos un taxi al hotel que estaba ubicado en Matemwe, un pueblo al nor-este de la Isla, conocido por ser más tranquilo y silencioso que otros lugares. Nuestro hotel, o mejor dicho, nuestro hostal estaba ubicado en la playa. Era un quincho y un par de construcciones de madera de hasta 2 pisos. Nosotros estábamos en un segundo piso. Por supuesto, como ya estábamos acostumbrados, el baño no tenía puerta y el agua no era caliente. El hotel lo encontramos bien regular, nos habíamos quedado en mejores lugares por menos plata, aunque entendíamos que al ser isla y estar en la playa los precios subían.

El agua muy trasparente y arena clara. Cuando llegamos al hotel la marea estaba muy alta. Tan alta que si subía un poco más entraba agua al quincho. Nos instalamos con nuestras cosas y salimos a agendar un buceo. Terminamos en Scuba Fish con dos inmersiones por 110 USD y arriendo de traje por 15 USD.  Después de eso buscamos un lugar para comer a la orilla de la playa. Cenamos un pescado a la parrilla muy bueno en Mohammed Bungalows, un hotel que se veía harto mejor que donde nos estábamos quedando nosotros.


Día 2:
Nos levantamos temprano para salir a bucear. A las 9:30 tomamos un bus por media hora que nos llevaría a una playa donde nos subiríamos a una lancha para ir Mnemba Atoll. Mnemba Atoll es una pequeña isla a 3 kilómetros de la costa Unguja, famosa por sus aguas cristalinas y la diversidad submarina que se encuentra ahí.

Volvimos a las 3. Comimos en nuestro hotel un pescado grillado que fue servido con cabeza y todo. Luego de eso descansamos un rato y salimos a pasear por los alrededores.


Día 3:
Queríamos recorrer más lejos, así que arrendamos un auto en el mismo hostal donde nos estábamos quedando. Nos pasaron un auto que con suerte tenía bencina para llegar a la bencinera. Nos cobraron 40 USD las 24hrs y 10 USD el permiso para manejar. La bencina se debía pagar por separado por supuesto.
Llegamos a Kendwa, un sector ubicado al norte de la isla. Famoso por ser más fiestero y también más caro. Almorzamos en un hotel muy pituco, el hotel Werere, con una hermosa vista al mar. La comida no era cara, entre 10 y 17 dólares. Me pedí una hamburguesa que estaba muy buena.

Luego del almuerzo seguimos al hotel Kendwa Rocks que nos habían recomendado mucho. Ellos tienen una playa grande y muy diferente a la playa del lado este. El agua es tranquila, prácticamente no hay oleaje. Usamos unas reposeras del hotel que tenían uso libre siempre y cuando consumieras al menos 10 USD por persona. Tenían buenos tragos y pizzas. Quedamos muy tentados de alojar ahí, pero eventualmente volvimos a nuestro lado de la isla.

En Kendwa la playa era muy turística. Tenía mucha gente tomando sol así como también mucho comercio. Artesanías, pareos y pinturas era lo principal. Para nuestra sorpresa los precios no eran demasiado exagerados y siempre había espacio para una buena negociación.

Día 4:

Agendamos un tour de snorkel y nadamos con delfines en su entorno natural. Fue maravilloso. Íbamos en la lancha a veces andando y a veces esperando un rato y cuando veíamos pasar a los delfines nos lanzábamos al agua y tratábamos de seguirlos. Grupos de 5 hasta 10 o más delfines.

Terminado el snorkel volvimos a Kendwa y decidimos quedarnos una noche ahí aunque saliera caro. Dormimos como los dioses. Tenían un desayuno buffet muy completo y rico.


Día 5:
Último día en la isla antes de emprender vuelo de regreso a Chile. Fuimos a Stone Town donde teníamos la última noche de alojamiento. Stone Town es la ciudad principal de Zanzibar y la más antigua. Tiene medinas como las ciudades antiguas de Marruecos. Llenas de pasillos angostos y muchos comercios. Lo mejor de todo es que no olían mal, en Chile habría estado pasado a baño. Qué triste es nuestra cultura.


Si bien hoy Zanzibar es famoso por sus playas y aguas cristalinas, hace muchos años atrás era conocido por el gran mercado de esclavos que se llevaba a cabo. Recién en 1876 se logró prohibir este comercio gracias a los esfuerzos e intervención de los Ingleses. El museo de la esclavitud es algo que no se pueden perder si van. Con una mezcla de infografías modernas, narran toda la historia de lo que fue esta práctica en su época hasta la realidad que vivimos hoy en día con la esclavitud moderna.



¿Esclavitud moderna? me pregunté yo cuando llegué a la última infografía, si ya no existe la esclavitud. FALSO. Trabajar en condiciones inhumanas, por sueldos que con suerte te permiten vivir, es considerado esclavitud moderna. Sin dejar de lado que la trata de personas aún funciona en el mercado negro.

En el museo pasamos a un lugar que era como una celda donde mantenían a los esclavos hacinados por varios días. Sin comida y sin un lugar para ir al baño, los esclavos debían hacer sus necesidades en un espacio donde ni siquiera podían pararse erectos. Aquellos esclavos que lograban sobrevivir luego de varios días ahí eran vendidos como esclavos fuertes.


Otro lugar que visitamos que estuvo bien entretenido e interesante fue el mercado de horticultura. Básicamente una feria de frutas, verduras y otros bienes. Tenían torres de pan y algunas frutas exóticas como el jackfruit, por mencionar algunas cosas que me llamaron la atención.









En la noche fuimos a una plaza donde había un mercado nocturno de comida. Tenían de todo. Desde anticuchos de camarones y carne, a frutas varias y panqueques con Nutella. Buenos precios y bien rico.



En la mañana antes de irnos nos dimos una última vuelta por la ciudad. Fuimos al mercado a la orilla del río donde estaban vendiendo peces frescos recién sacados del agua. Impresionante la cantidad de gente que encontramos ahí





Y con esto finalizó nuestro viaje por Africa. No sabría decir qué me gustó más. Con gusto volvería a todos los lugares visitados. Las experiencias vividas fueron muy diferentes a otros viajes.



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